Sanación Espiritual

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sanación Espiritual.

El Padre-Amor, el Amor Supremo es perfecto y sus creaciones son perfectas. El Amor que tiene por sus creaturas es infinito e incondicional. Él es fuente inagotable de abundancia, de alegría, de paz, de bien común. El nunca levantaría la mano contra un ser, ni mandaría un ángel con la espada desenvainada contra alguien. De Él solo podemos recibir Amor, únicamente Amor… comprensión… bondad… misericordia... inspiración... El Padre-Amor nunca se ofende, ni se enoja, ni tiene sed de venganza, ni ha permitido que el diablo tenga un infierno con castigos para los que no le buscan ni le obedecen, tampoco manda pruebas para ver si en verdad le aman…. todos estos atributos solamente son vibraciones de baja frecuencia… no divinas… que indican un desconocimiento total sobre Él.

Pero el ser humano se pregunta… ¿Por qué si Dios Padre es Amor, permite tanta violencia y guerras?... ¿Por qué Dios Padre permite que un ser inocente nazca con una enfermedad tan dolorosa e incurable?... ¿Por qué estoy enfermo, yo que me considero una buena persona, que no le deseo mal a nadie?… ¿Por qué Dios mío, me mandas esta prueba permitiendo que mi hijo muriera?... ¿Dios en donde estás?... ¿Por qué eres insensible a mi profundo dolor?


Para entender lo que pasa en el mundo tenemos que reconocer con humildad que nosotros fuimos creados bajo un Plan Divino y que el cosmos entero está regido por leyes. El espíritu del ser humano tiene un sello divino, por eso es eterno… El espíritu del ser humano debe evolucionar porque la evolución es una de tantísimas leyes de la creación y para ello, el ser humano requiere de varias vidas, tomando diferentes cuerpos y viviendo diferentes experiencias para aprender las lecciones y elecciones de Amor que le guíen hacia el cumplimiento del Plan. Las leyes del universo contienen la infinita sabiduría del Padre-Amor para corregir a aquellos que se desvíen o se pierdan de la guía del Plan Maestro de la Creación. Para no desviarnos del Plan Divino, el ser humano debe permanecer en conexión con el Amor Supremo porque Él es la fuente desde donde se origina el Divino Plan. El ser humano es tan sólo una fracción infinitesimal del Absoluto, no tiene capacidades para comprender al Absoluto, solamente su conexión con Él le permite vivir en estado de perfección.

La conexión con el Amor Supremo es simple… no requiere sacrificios... La conexión con el Amor Supremo se logra confiando plenamente en Él… Confiar en el Padre-Amor significa vivir día a día las leyes amorosas... vivir alegre, en paz, trabajar el perdón, la comprensión, la paciencia, la humildad, la aceptación que le permiten vivir sin preocupaciones ni miedos, sin enojos, sin depresiones, sin envidias ni resentimientos… Debo interesarme en conocer las leyes de la creación, las leyes naturales para conocer al Padre-Amor. Conocer mi cuerpo y cómo cuidarlo correctamente… Conocer las leyes de la física… conocer sobre el planeta Tierra y el sistema solar… Descubrir la maravilla de la creación y reconocer con humildad lo muy poco que sabemos y lo inexplicable de lo creado… Ahí empiezo a conocer Quien es el Padre-Amor… a reintegrarme con Él.


La enfermedad es un síntoma que indica una desconexión con la Fuente Original del Amor, indica una desviación del Divino Plan. La enfermedad en si no tiene existencia propia, no tiene fuerza, no es algo que te ataca o que te invade, es como la obscuridad. La obscuridad no existe, solamente es un indicativo de la ausencia de luz. La obscuridad no puede trabajarse, no existe un rayo para mandar obscuridad a un lugar… Algo equivalente es la enfermedad… es la ausencia de salud. Esta indica una desconexión con el Amor Supremo; un grado de ausencia del Amor divino en tu vida. Cuando te reconectas, cuando te reconcilias con la Fuente desde el fondo de tu corazón, la enfermedad desaparece… pasa lo mismo cuando, de forma análoga enciendes una luz en un cuarto completamente obscuro, inmediatamente la obscuridad desaparece, no tiene fuerza para resistir, porque no existe.

Tu espíritu es eterno porque es energía, si en esta vida o en vidas pasadas no trabajaste de manera correcta tu espiritualidad, esta desviación del Plan se puede manifiestar en forma de enfermedad. No es castigo divino... Es sencillamente la aplicación de la ley de causa-efecto y la ley de correspondencia que tratan de corregir la desviación que has tenido del Plan. La ley de correspondencia se manifiesta en la ley de la herencia en el mundo físico, donde en el devenir de una vida y otra, los seres humanos nos relacionamos generando conexiones… apegos… y que en alguna vida se convive íntimamente para ayudarse mutuamente a aprender una lección no aprendida e reintegrarse al Divino Plan. De esta forma se heredan características como rasgos, aptitudes y enfermedades que están regidas por la ley, ya que en nuestro universo lleno absolutamente de amor y perfección, el azar no existe.

Pasado, presente y futuro están íntimamente relacionados. Las condiciones de tu presente vida son un resumen de resultados obtenidos por tus actitudes que elegiste en vidas pasadas. Tu vida futura depende de las actitudes que tomes en tu presente. Tu vida presente entonces, es un punto de poder para hacer cambios. Por eso, cuida lo que comes… cuida lo que piensas… cuida lo que sientes… cuida lo que expresas… y cuida lo que amas, lo que tienes y lo que eres…


Lo que vemos en el mundo como violencia, pobreza, enfermedad, guerra, peleas, deterioro ambiental… son solamente síntomas, no tienen fuerza en sí mismas, son indicativos del grado de desconexión del ser humano con la Fuente del Amor Supremo. Reflexiona… si entre las naciones existiera comprensión, respeto… no habría guerras, estas desaparecerían. Si entre los seres humanos nos tratáramos con amor y respeto no habría violencia, ni peleas, ni habría gente vendiendo y consumiendo drogas y alcohol. Si todo es tan simple como reencontrarse con el Amor Universal, entonces, comprenderás que el pecado no existe… el infierno no existe… el castigo divino no existe… estos son simples conceptos de manipulación y control sobre el ser humano e indican otro grado de desconexión con el Amor. Reflexiona y te darás cuenta que el Padre-Amor no manda estas cosas... son el producto generado única y exclusivamente por el ser humano al vivir una vida de desconexión con el Amor Universal.

Sin embargo, al ser humano le cuesta mucho trabajo reconocer su responsabilidad con lo que le pasa en su vida. Está muy arraigada la costumbre de “culpar” a agentes externos para explicar y justificar su condición actual, por eso es muy común considerar que yo heredé una enfermedad y no me explico porque… o decir, me contagiaron… o que Dios me está poniendo una prueba que debo aceptar con abnegación y sacrificio… o que la vida es injusta conmigo… o que desde pequeño me maltrataron porque nací con la mala suerte de tener unos padres crueles e incomprensivos… La verdadera sanación inicia cuando con humildad reconozco que el problema está dentro de mí y no afuera; soy plenamente responsable de lo que soy y de lo que tengo; tomo la responsabilidad de mi vida y entonces, reconozco humildemente que debo cambiar actitudes mentales y sentimientos que no me han funcionado. Cuando uno se abre a esta enseñanza se inicia un proceso de Sanación Espiritual.


El espíritu humano tiene tiempos, que son cíclicos… plazos… El Amor Supremo es infinitamente paciente para que el ser humano, ejerciendo su libre albedrío, intuya... reflexione… comprenda… trabaje… y se reconecte. En cada plazo, el Amor Supremo siempre te da todas las oportunidades que tu espíritu necesita para lograr tu integración con el Plan. No desperdicies la oportunidad que tu presente vida te brinda. Comprende que vives las circunstancias perfectas para que tú te reintegres al Divino Plan. Acéptalas con amor y respeto; no te sientas culpable… desgraciado… ni frustrado… si heredaste una enfermedad incurable, o naciste bajo condiciones severas... es la divina ley que se está manifestando en ti para corregirte y que no pierdas la parte que te toca hacer dentro del Divino Plan, mejor canaliza tu energía trabajando en tu interior las leyes amorosas; las condiciones aparentes de riqueza y pobreza sólo son condiciones perecederas, relativas y temporales para aprender ciertas lecciones de Amor. No te desesperes por lo que ves en el mundo. El Padre-Amor tiene el control de todo, tú reconectado con Él, Él te protege. Aprende a ser paciente y trabaja las leyes amorosas arduamente contigo mismo para lograr o mantener tu conexión, ya que dadas las circunstancias actuales, la influencia para desconectarte es muy fuerte.


Lograr la reconexión con el Padre-Amor, reintegrarte al Divino Plan con el que fuiste creado implica trabajo. No es automático, no se logra simplemente creyendo… La verdadera reconexión con el Padre-Amor es un trabajo diario, comprometido y por voluntad con el Amor. Es un trabajo con cuatro aspectos de tu vida:

Tu cuerpo físico; toma conciencia que tu cuerpo te ha sido dado para que lo uses de manera correcta y lo cuides con responsabilidad, en concordancia al diseño con que fue creado; tú no eres el cuerpo que ves en el espejo; es solamente el instrumento que te fue prestado en esta vida para que crezca tu espíritu. Es único e irrepetible, tu ADN, tu huella digital y tu iris te lo dicen. Guarda un resumen energético de lo que tú has logrado hasta esta vida. Amalo tal como es.

Tu mente; cuida lo que piensas... Tu mente te permite crear, debes entonces concentrar tu energía mental en actividades productivas para el bien común, para compartir y servir. Comprométete a trabajar todas las leyes amorosas.

A través de tu mente puedes conocer el cosmos en el que vives. Úsala con responsabilidad, no la desperdicies viendo programas de TV, páginas de Internet, o leyendo revistas que solamente fomenten el morbo, la vulgaridad y las bajas frecuencias.

Tu corazón; cuida lo que sientes... Debes aprender a controlar tus sentimientos para encauzarlos a emociones de alegría, de perdón, paciencia, humildad, bondad, amor… Cuando tu corazón guarda sentimientos de venganza, odio o rencor, toma conciencia que esas energías de baja frecuencia están dentro de ti y que a ti es a quién van a hacer daño, no a la persona a la que tú las diriges. Usa tu intuición para dejarte guiar por la Verdad de tu corazón.

Tu espíritu. Tu esencia divina, tu verdadera personalidad que le ha llevado miles de millones de años de evolución. Tu espíritu es único en todo el cosmos y tiene un valor invaluable para el Padre-Amor. Ámate a ti mismo, ama también a tu prójimo que es tu maestro. Ama y respeta todo lo creado que está ahí para servirte, para que crezcas espiritualmente y te acerques más a la Fuente Original del Amor.

Comprométete a trabajar con los cuatro aspectos, ya que si uno queda rezagado generamos desarmonía y por ende desconexión. El aspecto más importante y prioritario es el espíritu.


Trabaja tu reconexión con el Amor Supremo y notarás un cambio en tu vida. Te sincronizas con el Divino Plan, serás un ser sencillo, de alegría contagiosa, contento con lo que haces y con lo que tienes. Lleno de confianza en el Padre-Amor, sin temor a nada ni a nadie, viviendo bajo la guía de las leyes amorosas... Completamente saludable, un ser verdaderamente libre porque no está esclavizado a ningún vicio, ni a ningún medicamento. Libre de ritos y supersticiones porque sabes que todo ha sido creado por Amor. Cuando logras este cambio en tu vida has tenido entonces tu propia Sanación Espiritual.